Cuando analizamos algo tan complejo como la reputación debemos tener en cuenta múltiples factores que intervienen en la construcción de esta percepción. Por ejemplo, si hablamos de personas u organizaciones, será importante que las acciones que estas lleven a cabo sean coherentes con su discurso y con sus valores. También, que estas se lleven a cabo de una forma sostenida en el tiempo. La reputación es una carrera de fondo, por lo que hacerlo bien una vez no bastará.
Si observamos a los líderes políticos, cabría pensar que un enfoque lógico de acercarnos a la reputación podría ser en función de la tendencia ideológica. Sin embargo, de nuevo, vemos que es algo más complicado que eso. No se trata de si los líderes de izquierdas tienen mejor o peor reputación que los de derechas. Seremos mucho más precisos si la pregunta que nos hacemos es qué cualidades son las más valoradas en líderes de izquierdas y derechas. Y eso es lo que hemos hecho (Estudio sobre la reputación del líder político, Thinking Heads).
Prioridades según la tendencia ideológica
Lo primero y más importante es deconstruir la reputación en sus variables emocionales y racionales, para una vez tenerlas identificadas, calibrar cuáles son las expectativas de la ciudadanía al respecto. Con ello, descubrimos que estas percepciones se agrupan en torno a cuatro dimensiones que actúan como palancas de la reputación: liderazgo, competencia, integridad y humanidad.
Ya contamos con los cuatro ejes principales sobre los que se edifica esa percepción en los líderes políticos. Estos cuatro ejes son iguales para todos, pero ¿varía la ponderación que se hace de ellos en función de la tendencia ideológica del líder? La respuesta es sí. Para los líderes de izquierda, la integridad y la competencia son más relevantes, mientras que el liderazgo y la humanidad ganan peso a la hora de valorar a líderes de la derecha.
En otras palabras, estas son las áreas que los líderes deben trabajar si quieren mejorar su reputación, más aún cuando son las que peor valoración reciben, y por tanto, las que más exigencia y esfuerzo requieren de cara a la ciudadanía. Al respecto, en el siguiente gráfico podemos observar cómo varía la percepción de la ciudadanía cuando se percibe un comportamiento positivo o negativo en estos ejes.
Tras este repaso a los datos vemos cómo hay numerosas áreas a las que los líderes políticos pueden dedicar sus esfuerzos para ser mejor valorados por la sociedad. Además, esta diferenciación entre el espectro político permite afinar muchísimo a la hora de pulir según qué comportamientos en virtud de la diversidad ideológica y parlamentaria de nuestro país.
¿Quieres conocer todos los detalles y resultados? Descarga el estudio a continuación.
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