Continuando con nuestros seminarios online semanales protagonizados por referentes y líderes de reconocido prestigio de distintos ámbitos, en esta ocasión hemos contado con Manuela Carmena, abogada laboralista, juez emérita y política española que fue alcaldesa de Madrid desde 2015 hasta 2019. Previamente a su incursión en la política municipal, ejerció de vocal del Consejo General del Poder Judicial entre 1996 y 2001.

Hace justo un año, Manuela Carmena perdía la alcaldía de Madrid aunque Más Madrid ganaba las elecciones claramente en votos. La primera pregunta del webinar moderado por Daniel Romero-Abreu, presidente y fundador de Thinking Heads, fue si ante estos momentos de crisis, se gestiona mejor desde la unidad política. Para Carmena lo terrible de la política es intentar llegar al poder. “La política es trabajar en lo cotidiano de manera conjunta. Almeida es un alcalde consciente de que hay que salir de la confrontación”, comentó.

Sobre el papel que deberían jugar los gobiernos locales en el proceso de desescalada, defendió que los gobiernos locales necesitan tener más campos de actuación, pues es la ciudadanía quien le pide al gobierno local que haga lo que tenga que hacer. “No tenemos una administración ágil y flexible y la necesitamos para que tenga la capacidad de articular a la sociedad civil”.

Carmena incidió en que el objetivo de la política no puede ser desgastar al gobierno y que lo más importante es hacer que se consignan las cosas. Añadió que estamos acostumbrados a pensar que el objetivo de la oposición debe ser desgastar al ejecutivo y eso “es una enfermedad de nuestra de democracia”. La verdadera política no puede ser un «quítate tú que así entro yo».

A la pregunta referida a la crisis de confianza con el gobierno, respondió que sabiendo que este tipo de calamidades podrían ocurrir, refiriéndose a la pandemia, lo importante es darnos cuenta de que no teníamos previsto que sucediera esta situación tan dramática. Y añadió: “Los partidos son una solución muy pobre teniendo en cuenta la complejidad de la sociedad”.

Respecto al Ingreso Mínimo Vital, comentó que “la semilla de la medida ya estaba pero no la tratamos lo suficiente para que creciera. Me gusta porque favorece al que trabaja y es un estímulo para aprender y para mejorar”.

Como referente de la tolerancia política, ante la situación de crispación que atravesamos, consideró que “No hay evaluación legislativa. En este momento que el futuro puede ser una senda o desfiladero, debemos hacer lo posible para que sea una senda”.

Una reflexión sobre los mayores y el futuro

Carmena propuso una reflexión sobre por qué se separa tan pronto a los mayores de la vida activa. “Habría que combinar la jubilación con la actividad laboral y que los mayores pudiesen cotizar”. Defendió que estamos perdiendo un capital extraordinario que es la edad, puesto que “lo determinante no es la edad, sino la incapacidad o enfermedad”.

Esta crisis ha venido a acelerar y profundizar tendencias que ya estábamos viendo, como el proceso de digitalización o la transición ecológica. En cuanto a las medidas sociales que deben tomarse para “no dejar atrás” a las miles de personas que han perdido y perderán su empleo a consecuencia de la crisis,  comentó que la pandemia  nos ha abierto los ojos y defiende que “hoy en día no es posible una enseñanza si no controlamos la digitalización. Hemos tenido que vivir esta situación para darnos cuenta”. Y añadió: “Es imprescindible apoyar la imaginación y la creatividad. Por ejemplo, pensar en nuevos tipos de unidades de transporte.

Carmena se despidió con un mensaje alentador: “Nuestros nietos van a vivir mejor porque van a tener mucha más capacidad intelectual”. Insistió en que tenemos que ser conscientes de todas las cosas buenas que ha hecho la humanidad como por ejemplo  la educación obligatoria o la creación de  los sindicatos y pensar que llegarán muchos nuevos avances. “La humanidad cada vez tiene más cultura, más capacidad ética y empática». “La sociedad actual tiene un nivel ético muy alto. A la mayor parte de los jóvenes les preocupaba que los sectores más vulnerables fueran las personas de más de 70 años”.