Nacidos aproximadamente entre 1981 y 1996, la generación millennial ha sido en numerosas ocasiones descrita por otros y a menudo etiquetada. Mucho se ha escrito sobre su forma de trabajar, de disfrutar del tiempo libre, de viajar, de compartir en las redes sociales. Pero, ¿qué tienen que decir ellos, cómo se definen, cuál es su percepción del mundo laboral, qué buscan?

En cuanto a estas incógnitas, un informe de Deloitte sobre Millennials y Empleo (2018) -para el que más de 10.000 millennials de 36 países fueron encuestados- revela efectivamente patrones, visiones y motivaciones que difieren de generaciones anteriores.

Según este estudio, la generación del milenio afirma percibir en las empresas una orientación en exceso hacia el beneficio económico y no tanto hacia la resolución de problemas globales, la innovación o la promoción de la inclusión, asuntos que les alarman.

Esta percepción puede derivar en una menor identificación con los intereses de la empresa, que observan como lejanos a los suyos propios. De los millennials encuestados en este estudio, un 43% planeaba cambiar de trabajo a dos años vista. Sin embargo, aspectos del empleo como la flexibilidad de horarios o la posibilidad de trabajar a distancia se relacionan con el incremento en esta lealtad, como confirma otro estudio realizado por Randstad.

Otro aspecto clave es el monetario. La huella que la crisis económica ha dejado en esta generación es incuestionable, con un coste de vida en aumento y en muchos casos endeudamiento. De ahí la importancia que los millennials dan al aspecto económico. Sin embargo, aquí relativizan el sentido que dan al dinero, alejado de una visión mercantilista. En su valoración de la riqueza en términos de experiencias, el dinero es entendido como el medio y no como el fin.

Tendencias millennials

Por todos estos aspectos, ciertas corrientes del ámbito laboral que tienen que ver con una mayor flexibilidad y autonomía, gozan cada vez de mayor popularidad entre esta generación. Algunas de estas tendencias millennials son:

  1. Economía gig: un modelo laboral similar al freelance, consistente en la realización de trabajos por un tiempo concreto y sin exclusividad. Se presenta como una clara alternativa para períodos de inactividad entre empleos.
  2. Job hopping: los job hoppers son perfiles que cambian de empleo con mayor asiduidad. Mirados con desconfianza años atrás, ahora sus perfiles son atractivos para los reclutadores, por la experiencia y conocimientos que acumulan, además de habilidades como la rápida adaptación al cambio y la facilidad en la creación de vínculos y contactos. Por el contrario, el profesional más estable puede estancarse en una zona de confort, reduciendo su productividad.
  3. Flexibilidad: los millennials aprecian especialmente la flexibilidad en el trabajo, valorando su equilibrio de vida personal y profesional por encima de la carrera per se. La flexibilidad también incrementa la sensación de autonomía, lo que puede resultar en un aumento de la productividad. Según un estudio de Randstad, el beneficio que los encuestados consideran de mayor importancia es precisamente esta flexibilidad.
  4. Learnability: o capacidad de aprendizaje es según un informe de Manpower Group una característica clave, es decir, el deseo de continuar formándose y aprendiendo para seguir siendo “empleable”. El 93% de los millennials considera el desarrollo de sus habilidades como una parte importante de su carrera futura. La formación en el empleo resulta, por tanto, clave para la retención del talento.

 

En definitiva, la generación millennial ni huye del trabajo ni es caprichosa, tan sólo aspira a hacerlo a su manera. Siguiendo estas tendencias de los millennials, aportando esa flexibilidad y confianza, se puede obtener de vuelta más lealtad, compromiso y trabajo mejor realizado. Entender las motivaciones de esta generación es vital para generar ilusión a largo plazo.